¡MALDITOS HONGOS!: MICOSIS VULVOVAGINAL
Ahora que ha llegado el verano debéis de estar en alerta y preparadas. Muy probablemente presentéis alguna infección vulvovaginal por hongos (micosis). Sobre todo, si acudís a las piscinas o a la playa, estáis embarazadas, sois diabéticas, tomáis antibióticos o corticoides, realizáis tratamientos hormonales u otras circunstancias.
Los hongos son unos gérmenes que están presentes en cualquier parte de nuestro cuerpo, especialmente en los genitales, el intestino, la boca o repliegues de la piel. Habitualmente conviven pacíficamente con nosotros, sin provocar enfermedad sintomática, guardando un equilibrio entre nuestras defensas y su agresividad (son saprofitos); pero en determinadas circunstancias en las que este equilibrio se rompe, ya sea por disminución de nuestras defensas o por el aumento de su número o virulencia (agresividad), se convierten en patógenos y provocan la enfermedad. Más del 30% de las mujeres son portadoras crónicas sanas, más del 80% padecerán, en alguna ocasión, la vulvovaginitis micótica, en el 50%, la infección será recurrente y en el 5%, está infección se cronificará.
Existen más de 200 tipos de hongos, aunque en el 90 % de los casos la vulvovaginitis micótica está provocada por él Cándida Álbicans. Por eso la conocemos también como candidiasis.
FACTORES QUE LA FAVORECEN. Es importantísimo conocer cuales son los factores que favorecen la aparición de estas infecciones, con el fin de poder poner los medios necesarios para evitarlas, estos son:
- LA HUMEDAD. Al permanecer mojada en las piscinas (agua clorada) o en la playa. Por este mecanismo también lo favorecen el uso de prendas apretadas (pantalones) tejidos sintéticos, salvaslips o el estar mucho tiempo sentadas.
- EL EMBARAZO o LOS TRATAMIENTOS HORMONALES (anticonceptivos o en la menopausia). Facilitan la colonización de la vagina por estos gérmenes así como su proliferación en un ambiente acido (Ph bajo).
- LA TOMA DE ANTIBIÓTICOS O CORTICOIDES. Disminuyen nuestras defensas y favorecen las micosis.
- LA DIABETES (sobre todo mal controlada). Es causa de micosis en piel y genitales.
- LAS DEFICIENCIAS EN EL SISTEMA INMUNITARIO (enfermedades, embarazo, quimioterapia, estrés, etc.). Son causas muy frecuentes de estas infecciones.
- HIPERSENSIBILIDAD o ALERGIA personal a los hongos.
- RELACIONES SEXUALES. Aunque no debemos de considerar a la micosis como una Enfermedad de Transmisión Sexual (ETS) ya que puede existir en ausencia de relación sexual, si se transmite por esta vía. También se transmite fácilmente con el sexo oral.
- LAVADOS VAGINALES. Los productos ácidos que se utilizan con la intención de desinfectar, lo que provocan es un cambio del ambiente vaginal que favorece las micosis.
- RESERVORIO INTESTINAL. No parece que sea importante, pero debemos de aceptar esta posibilidad.
- TRATAMIENTOS INADECUADOS. Frecuentemente os autodiagnosticáis de micosis y os automedicáis recurriendo a la crema que: recetada por el médico o suministrada por un familiar o vecina, en otra ocasión os fue muy bien. Mejoráis de la sintomatología; pero queda la infección a medio curar y acaba recidivando, y, lo que es peor, cronificandose.
- NO TRATAR A LA PAREJA. Aunque una única o esporádica micosis leve se puede curar tratando solo a la mujer, yo prefiero tratar siempre, también, a la pareja.
DIAGNOSTICO: Los principales síntomas que producen esta infección son: Prurito (picor), escozor-quemazón en la vulva y tras la micción, enrojecimiento vulvar y flujo abundante, blanquecino y grumoso (como requesón). En ocasiones falta alguno de ellos y se manifiesta con sequedad y dispareunia. En el hombre, frecuentemente, es asintomática: “yo no me noto nada”; motivo por el que no realizan tratamiento. Puede aparecer un eczema en el prepucio y glande acompañado de leve picor. Con esta sintomatología el diagnóstico es muy fácil, motivo por el cual os autodiagnosticáis, automedicáis, recidiváis y cronificáis.
Para identificar al Cándida Álbicans no se necesitan frotis, cultivos ni citologías. Basta con mirar al microscopio una gota de flujo junto a una de suero y se ven fácilmente las imágenes en cañas de bambú o esporas de estos gérmenes. Yo se los suelo enseñar a mis pacientes.
TRATAMIENTO: Aunque una micosis vulvovaginal leve, aislada o esporádica se puede curar con un antimicótico utilizado localmente en una dosis única y alta, sin tratar a la pareja, yo soy partidario de los tratamientos locales internos (vaginales) y externos (vulvares) con una duración mínima de 3 a 5 días, acompañados de lavados externos con agua bicarbonatada, para aumentar el Ph y dificultar la proliferación micótica, y tratando siempre a la pareja con una crema, durante, al menos, 7 días. Las micosis son más difíciles de quitar en el hombre que en la mujer. En los casos recidivantes o cronificados los tratamientos locales deben de ser más duraderos y cambiando de antimicótico. Debemos de combinarlos con tratamientos orales. En ocasiones se necesita identificar al hongo mediante un cultivo, por si fuese diferente al Cándida Álbicans.
PREVENCION: Es mejor prevenir que curar. Analizando todos los factores de riesgo expuestos anteriormente podréis intervenir sobre ellos y evitar muchas micosis vulvovaginales. Vuestros ginecólogos os habrán recomendado tratamientos con probióticos o incluso con yogurt. Se pretende con ello aportar Lactobacilos, como defensas frente a las infecciones y favorecer la regeneración de la mucosa vaginal deteriorada por la infección. Son útiles en cualquiera de sus modalidades, pero no debemos de olvidar que los hongos viven cómodamente con el mismo pH que nuestras propias defensas, por lo que la infección depende más de ellos que de la existencia de defensas. En última instancia se puede recurrir a tratamientos preventivos con altas y cortas dosis de antimicóticos locales y orales, aplicados durante 6 meses, tras la menstruación, y combinados con los probióticos. No es ningún disparate el recomendar la extirpación de la piel del prepucio (operar de fimosis) a las parejas de estas mujeres que lo necesiten, con el fin de eliminar el reservorio de hongos que pudiera haber en el surco balano-prepucial. A pesar de todo siempre persistirán micosis vulvovaginales recidivantes que desaparecen cuando cambian las circunstancias que rodean a la mujer.
Dr. Francisco Valdivieso.