La endometriosis es una enfermedad ginecológica crónica y benigna, que afecta a, entre el 2 y el 10% de las mujeres en edad fértil, cuya importancia radica en su íntima relación con el dolor pélvico crónico y la esterilidad.
Para comprender esta compleja definición es necesario saber que el endometrio es una capa mucosa que recubre, internamente, las paredes de la cavidad uterina y que, a lo largo del ciclo, durante unos 23 días, sufre un proceso de proliferación (engrosamiento) seguido de 4-5 días de descamación (menstruación). De tal manera que, tras la menstruación, la cavidad uterina queda prácticamente vacía, con un endometrio muy fino, que en los días sucesivos se va engrosando hasta una nueva menstruación. Ver imágenes ecográficas.
Durante la menstruación, el endometrio que se está descamando tiene su salida al exterior, acompañado de un sangrado, a través del cuello uterino y la vagina.
Patológicamente, el endometrio, además de en la cavidad uterina puede estar presente en otros lugares, que podéis ver en la diapositiva siguiente.
Dependiendo del lugar en el que se encuentre, así tendremos los diferentes tipos de endometriosis.
Nos preguntamos: ¿Como llega el endometrio a estos lugares atípicos?. Existen varias teorías. Todas ellas posibles y que explican las diferentes localizaciones y tipos de endometriosis.
La menstruación retrograda es la teoría más fácil de comprender y el origen más frecuente. Consiste, en la salida, durante la menstruación, de trocitos de endometrio, a través de las trompas, hacia los ovarios y la cavidad abdominal, implantándose y desarrollándose en esos lugares.
Las teorías de la Metaplasia celómica, la transformación de restos embrionarios y de las células madre, se basan en la capacidad que tienen las células de determinados tejidos en transformarse, inducidas por diferentes estímulos, en células endometriales. Explicarían y participan en el origen de los 4 tipos de endometriosis. La teoría de las metástasis se sustenta en la posibilidad de que, al igual que ocurre con el cáncer, por vía hematógena o linfática, las células endometriales puedan ser transportadas a lugares lejanos donde se implantarían y darían origen a focos de endometriosis. Podría explicar la localización en lugares lejanos tales como el pulmón, el cerebro o el hueso.
La endometriosis es una enfermedad del periodo fértil de la mujer, siendo excepcional antes de la menarquia y en la menopausia.
Puede existir una cierta predisposición familiar a padecerla.
Tienen más posibilidades de padecerla las mujeres con menarquia precoz, ciclos cortos y menstruaciones abundantes. Por el contrario es menos frecuente en las mujeres que han tenido más partos.
No está relacionada con la clase social, el tipo de vida o la toma de anticonceptivos hormonales.
Se sugiere que las mujeres grandes fumadoras, con sobrepeso o que practican deporte pueden tener menos riesgo.
Algunas enfermedades inmunológicas tales como la artritis reumatoide, el hipo-hipertiroidismo, el lupus eritematoso o la esclerosis múltiple pudieran aumentar el riesgo.
Resulta difícil el averiguar, exactamente, cuantas mujeres la padecen, ya que su incidencia varía mucho según la población que estudiemos. En la siguiente diapositiva quedan reflejados los datos estadísticos mas fiables.
Si bien el 25% de las mujeres que la padecen pueden permanecer asintomáticas, debemos de destacar que el 75% padecen algún tipo de dolor pélvico y casi el 50% tienen dificultades para conseguir un embarazo.
Como resulta lógico, hablamos de Endometriosis ovárica cuando los focos de endometriosis ectópicos están localizados en los ovarios.
El endometrio ectópico sufre los mismos cambios cíclicos que el localizado en la cavidad uterina; pero, si bien el endometrio de la cavidad uterina, al desprenderse, tiene una fácil salida al exterior, no sucede lo mismo con el endometrio localizado en lugares atípicos. Cuando está localizado en el ovario, en las sucesivas descamaciones, la sangre se va acumulando en el ovario formando los típicos endometriomas vulgarmente conocidos como «quistes de chocolate» cuyo contenido es sangre menstrual.
La invaginación hacia el interior del ovario de implantes llegados a su superficie por la menstruación retrograda, la transformación de algunos folículos en endometriomas o la metaplasia celómica explican el origen de esta endometriosis.
Los síntomas más característicos son: la dismenorrea, el dolor pélvico crónico y la esterilidad.
La endometriosis peritoneal se caracteriza por la presencia de puntos hemorragicos, rojizos u oscuros, en el peritoneo pélvico, sobre todo en el fondo de saco de Douglas, a modo de perdigonada. Su aparición la explica la teoría de la menstruación retrograda y la de la metaplasia celómica. Se acompaña de dolor pélvico crónico.
Se considera como endometriosis profunda la presencia de focos endometriósicos a más de 5 mm por debajo del peritoneo, en la vejiga o en el tabique recto-vaginal. Suele producir dispareunia, rectorragias o hematurias. Se considera un estado avanzado y estable de la enfermedad. Su origen puede ser explicado por la transformación de restos embrionarios Müllerianos y por el avance de la endometriosis peritoneal.
A la presencia de focos endometriósicos en la pared uterina (miometrio) se le denomina Adenomiosis. Se puede producir por la invaginación del endometrio hacia el miometrio, por la transformación de restos Müllerianos y por la llegada, al miometrio, de células madre procedentes de la médula osea, que allí se transforman en endometrio. Se acompaña de dismenorrea y menstruaciones abundantes.
Dr. Francisco Valdivieso.